miércoles, 29 de mayo de 2013

Ceca


Sabemos lo que viene a continuación. La carnicería de los que esperaban agazapados un transpié para caerle con todo a Bianchi y a Riquelme. Y, de paso, seguir alabando al "mejor ñuls de la historia", como escribió Perfumo.
Vamos a los hechos: luego de una primera ronda tambaleante, perdiendo dos de tres partidos de local en la Bombonera, Boca pasó a octavos porque el árbitro no le cobró al Barcelona de Ecuador un penal claro de Caruzzo desde atrás en la última jugada del partido en la Bombonera. Desde entonces, y contra todos los pronósticos, Boca no volvió a perder. Fue muy superior al último campeón de la Libertadores y del Mundial de Clubes, Corinthians, en la ida y le ganó 1-0. Fue superior en el primer tiempo de la vuelta, y terminó empatando el partido de visitante 1-1. Luego, en el partido de cuartos, enfrentó al "mejor ñuls de la historia" y mereció ganarle el partido de la ida y el de la vuelta. Le creó, en la Bombonera, no menos de seis situaciones claras de gol (los resúmenes de la tele contaban diez), mientras que Newells pateó su primer tiro al arco a los 25 minutos del segundo tiempo y tuvo apenas dos llegadas mas o menos claras en todo el partido. En la vuelta, Boca creó las cinco situaciones de gol más claras del partido, a pesar de haberle regalado la posesión a Newells. Tres tiros de más de cuarenta metros (dos de Vergini, uno de Mateo) fue todo el peligro que los de Martino le pudieron generar a Boca.
Lo que hizo la diferencia, en el trámite de los partidos, fueron las expulsiones. La de Burdisso en la ida, porque lo dejó afuera de la vuelta. La de Clemente, porque Boca pasó de casi anotar el primer gol (que obligaba a este pobre Newells a hacer dos) a quedarse con diez y transformar el 4-4-1-1 en un 4-4-1, con Nahuel Zárate en lugar de Blandi. Ese cabezazo en el palo de Blandi, su anterior cabezazo que salvó en la línea Casco, y la posterior expulsión de Clemente (injusta porque no hubo falta en la jugada de amonestación, pero justa porque casi le pega un cabezazo al mediocre árbitro Delfino) son las jugadas que definieron el partido.
Los hinchas de Boca que estaban cerca maldicieron el cambio de Blandi y reclamaron presionar más arriba, como en la Bombonera. Otros preferimos darle la derecha a la experiencia de Bianchi. En cualquier caso, el partido parecía estar casi solamente para aguantar.
Newells, en su timidez del partido de ida, apenas si se acercó a las inmediaciones del área de Orión. Y Boca, justificado por el hombre de menos, cerró el partido a los 25 minutos del segundo tiempo y se entregó a los penales. Tal como lo habíamos anticipado la semana pasada, luego del partido de ida (ver Camino a los Penales).
Y cuando se entrega a los penales, uno se entrega a la suerte. Es cara o ceca. Confieso que en todo momento pensé que ganaba Boca. Lo pensé en la ida, a pesar de la expulsión de Burdisso. Lo pensé en la vuelta, aún después de la expulsión de Clemente. Me emocioné mirando la arenga de Bianchi antes de patear los penales, emulando las noches de gloria del Toto Lorenzo o del propio Virrey, mientras del otro lado el Tata Martino ponía cara de "bien muchachos, no importa, todavía nos queda el campeonato". Hasta los más acérrimos antibosteros imaginaban un triunfo de Boca. Porque este Newells, como los equipos de Bielsa, como los equipos de Martino, solo pueden ganar campeonatos por varios puntos. No tienen presencia de ánimo para jugar finales. Si ellos te ganan una final es porque la perdiste vos. Y esta noche, hasta en la serie de penales, fue también así. Román, Caruzzo, Nahuel Zárate, y el Burrito Martínez desperdiciaron las oportunidades creadas por las debilidades de carácter de los jugadores de Newells. Y Orión se comió el penal que Tonso le entregaba en las manos.
Todo esto es historia. Pasó Newells. Lo demás es verso. Verso la comparación con el Barsa de Pep, porque salen jugando de abajo... para que Heinze la revolee igual que el Chiqui Pérez.
De todas formas, en el terreno de la autocrítica, este semestre deja a Boca con las manos vacías y sin proyecto futbolístico. A Román y a Bianchi en deuda, mientras del otro lado del televisor Falcioni se atraganta de risa y Angelici se reclina en el sillón pensando en el bingo, porque tiene las espaldas cubiertas por los próceres. Es cierto que Boca fue superior a Corinthians y a Newells. Tan cierto como que Boca no puede jugar siempre así, con un solo delantero o con ninguno. Porque si crucificamos a Falcioni por sus tics de técnico de equipo chico, hoy hay que admitir que Boca pudo haber hecho algo más para anotar un gol.
Es demasiado pronto para balances, pero una vez más se confirma que la vuelta de las glorias a Boca tiene de malo lo que tiene de bueno. Asegura agallas, experiencia, y aplomo, pero pone el listón en lo más alto. Hoy, si perdía Newells, que mereció perder la ida y la vuelta, no pasaba nada. Pero si pierde Boca es fracaso y tragedia. Mientras se mire la tabla de los promedios con la atención que se merece, lo demás importa poco. Ya no habrá Libertadores el año que viene.

12 comentarios:

  1. ve, te cae mal el Tata ahora? No es Guardiola, pero no juegan tan mal sus equipos, dentro de todo intenta jugar. Yo soy de la Gloria, y me acuerdo todavía del equipazo que armó en el 2000, que no ascendimos culpa del Garrafa, que se inspiró en la vuelta de la semifinal con Banfield y nos pegó un baile. Le sacamos como 15 pts de ventaja al segundo, pero en esa época había que jugar no se cuantas finales para ascender.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado: lo de Newells en estos partidos de cuartos de final contra Boca fue horrible. Ni siquiera de local y con uno demás fueron al frente. Lo que usted dice sobre la semifinal con Banfield no hace más que confirmar que son pingüinos.

      Eliminar
  2. Bianchi no le puede hechar la culpa a la suerte trajo 3 refuerzos y el unico que jugo fue Perez por la expulcion de Burdiso y al negro Rodriguez lo puso para hacer tiempo y al burrito Martinez para patear penales. Boca es horrible y es culpa de Bianchi.
    Marcos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bianchi no le echó la culpa a la suerte (ese fue Román, y es verdad que debería ahorrarse esas declaraciones porque cuando Falcioni ganaba le decía que era de suerte... pero ganaba). Coincido en que Bianchi está en deuda. Tiene 6 meses más para saldarla.

      Eliminar
  3. todo culpa del negro cabeza de clemente porque boca estaba para ganarlo. si le hacia un gol se terminaba el partido. ahora salen con el machete de guzman y el flaco tenia un cagazo que ni veia. es verdad lo que decis lo perdio boca, pero culpa de clemente. no lo quiero mas en boca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Encima Clemente era de lo mejor de Boca y jugó muy buenos partidos a partir de octavos. No es para echarlo, pero está claro que su foja queda manchada (como quedó la del Chelo Delgado después de aquella expulsión tonta contra el Bayern Munich en la Intercontinental del 2001).

      Eliminar
  4. Una pena, increíble que Newell's esté en semifinales. Me gustaría que la gane, pero lo veo muy difícil, personalmente.

    ¿Viste Súper? Te dije que Olimpia era candidato y que Tijuana era más fuerte de lo que aparentaba.

    Abrazo. Hernán.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Hernán: tenías razón con lo de Olimpia. Juega horrible pero igual que Boca tiene mucha historia. El Mineiro me gusta cuando ataca, pero son horribles retrocediendo. Newells debería pasarlos sin problema (no es pronóstico, es lo que creo que debería pasar, pero para mí pasa el que arrugue menos)

      Eliminar
  5. Para algún desprevenido, nunca viene mal unos datos estadísticos:

    Argentina es el país con más Copas Libertadores en total, o sus clubes, mejor dicho.

    Esta primero Argentina (con 22 conquistas), segundo Brasil (16) y tercero Uruguay (8).

    En cuanto a toda clase de trofeo internacional de clubes a nivel mundial, los argentinos lideran la tabla histórica, con 62 en total. Atrás vienen Brasil, Italia y España.

    Desde 1987 a esta parte, a los argentinos se les complicó en la Libertadores, no obstante. "Sólo" 7 cosechas, 4 de Boca. Mientras que los brasileros acumularon 11.

    Newells es el único argentina que, desde 1987, llegó a la final y no la pudo ganar. Dos veces: en 1988 y 1992. San Lorenzo llegó a las semifinales en 1988, al igual que Racing en 1997 y Rosario en 2001. Bueno, Independiente peleó el triangular previo a la final de 1987 también.

    Hernán.

    ResponderEliminar
  6. Cómo se vino abajo el fútbol argentino en los últimos veinte años, loco. Qué increíble. No descubro nada, pero da bronca.

    Hasta 1993, Argentina era má grande que Brasil sin ninguna duda. Ahora hay que esforzarse bastante para argumentar algo como eso, no digo que no se pueda hacer.

    Hernán.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ni hablemos a nivel selecciones, donde no somos candidatos desde el 2002 (y así nos fue).

      Eliminar