jueves, 14 de febrero de 2013

A penar de nuevo

Esta vez no hubo emoción ni levantada a lo Boca. Hubo sí, otra vez, zozobra defensiva. Hubo, también, un penal detenido por Orión cuando se venía la noche. Hubo, a diferencia del sábado, un penal a favor antes de haber acumulado los merecimientos para ponerse en ventaja. Y luego hubo lo de siempre. Caruzzo, Burdisso, Orión, la siguen revoleando para Silva, para que cabecee o para que la controle abajo. Uno no puede pensar que es ocurrencia de ellos; evidentemente Bianchi está cómodo con eso, aunque invariablemente la bola vuelva más rápido de lo que va.
Toluca ganó porque intentó jugar mejor al fútbol, por los errores defensivos de Boca, y porque Boca no pudo transformar en goles sus pocas llegadas. Y también por sus propios méritos, incluyendo cierto orden defensivo, manejo criterioso de la pelota, sumado a la sabiduría de Sinha y a la jerarquía de Benítez para definir. Con eso solo le alcanzó para hacer lo que Quilmes no pudo hacer en la Bombonera el sábado pasado. Porque las flaquezas defensivas de Boca siempre estuvieron allí para ser explotadas.
Boca tuvo un primer tiempo discreto, con gol a favor, y un segundo tiempo para el olvido, con dos goles en contra y un penal atajado. El primer gol nace en un error de Clemente Rodríguez, que queda enganchado en el paso adelante y habilita al delantero. El segundo es un pase entrelíneas en el que Magallán pierde a Benítez y este define de lujo picándola por sobre Orión con Caruzzo mirándolo de atrás.
Para rescatar, apenas una buena actuación de Orión, el vértigo del Laucha Acosta para ir, algunos momentos de Somoza (sí, leyó bien, Somoza), y algunos chispazos esporádicos del Burrito Martínez. En el subsuelo, como casi siempre, estuvieron Cellay (horrible como casi siempre, todos los ataques mexicanos iban por ese lado), Caruzzo (una bien y una mal), Clemente (falto de jerarquía), el ya nombrado Silva, y buena parte del partido de Erviti.
Derrota de local en la Bombonera duele doble. Primero, porque complica la clasificación, a la manera que el empate con Zamora en Venezuela complicó la clasificación el año pasado (además de complicar la convivencia) y obligó a definir de visitante todas las series. Segundo, porque corta esa racha emocional pero ganadora que empezó el sábado pasado contra Quilmes. Tercero, porque desnudó falencias serias, de equipo de mitad de tabla, que estructuralmente no puede pelear campeonatos ni aunque consiga a Messi.
A favor, y aunque sea anecdótico, hay que destacar el profesionalismo de Bianchi, que hizo los cambios que tenía que hacer aunque no fuera políticamente correcto. Sacó primero a Cellay, bailado a la ida y a la vuelta por Benítez, y desatento en todo el segundo tiempo (aunque hay que decir que la fragilidad defensiva de Boca en el costado derecho se puede atribuir al menos en parte a la presencia del Laucha Acosta como volante derecho y a que Erbes no se cerraba... eso no es culpa de Cellay). Luego sacó a Silva, cuando todos habíamos perdido la paciencia luego de verlo chocar y chocar. Y finalmente a Somoza, aunque ese cambio (entró Pol Fernández) en el final del partido no era gravitante.
Esas modificaciones nos ofrecen un mensaje a los que nos quejamos de los titulares y vemos en el banco (parte de) la solución a los problemas. Ni Viatri ni Erbes ni Magallán estuvieron a la altura de las circunstancias, aunque para ser justos, si ese tiro en el palo de Viatri sobre el final rebotaba para adentro tal vez diríamos otra cosa. La alineación titular y los cambios confirman que Ribair Rodríguez no es opción para jugar de 8 aún teniendo a Ledesma y a Rivero lesionados. El otro que está en el banco es el que resolverá, al menos, el problema de la tenencia de la pelota. Lástima que no hizo la pretemporada y hay que esperarlo hasta que se ponga a punto.
Se viene un camino de pendiente pronunciada, con obligación de ganar todo de local y de no perder de visitante. No es un buen comienzo. Parece una continuidad de la pesadilla Falcioni. Encima el fútbol brilla por su ausencia y cada vez que le llegan a Boca le convierten. Lo bueno de Bianchi en el banco tal vez comience a verse a partir de Agosto...

3 comentarios:

  1. Cellay es medio pancho pero no jodamos el que lo puso en la parrilla fue Bianchi jugando sin ocho. Me parece que esta ves Bianchi va a hacer sapo y tristelme se va a vaciar de nuevo

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  2. y por que te pensas que con falcioni se juagaba mas atras? era porque no daba para mas ese equipo y esos jugadores. si atacas te desproteges y si te desproteges te hacen goles. falcioni era mas inteligente y por eso le hacian menos goles me extrania. saludos

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  3. Che Pablo y RiBer hace cuanto que no juega la libertadores?

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