jueves, 4 de abril de 2013

Primero hay que saber sufrir

Parece mentira que este equipo de Boca esté a un paso de clasificarse a octavos de final de Copa Libertadores. Pero, para no dejarse engañar, esa mentira se autodestruirá en un par de cruces, a menos que Boca se refuerce para las siguientes instancias con digamos, Tevez, Banega, y el Cata Díaz (aunque Sanchez Miño sea un refuerzo de lujo).
Esta noche fue un poco atípica, porque a Boca no le cobraron un penal en contra ni le expulsaron a nadie en la primera media hora de partido. Pero, para seguir la racha salada, Riquelme quedó en una pierna a los 5 minutos del primer tiempo, Ledesma salió lesionado también en el primer tiempo, y luego se lesionó Sosa. Y Burdisso no salió porque Bianchi ya había hecho los tres cambios.
La seguidilla de lesiones persigue a un equipo que no logra parecerse ni a eso: Riquelme, Ribair Rodríguez, Erbes, Acosta, Paredes, Rivero. Se suman Ledesma y Sosa, Chiqui Perez se resintió en el entrenamiento... y tal vez Burdisso. Eso sumado a una pobreza que ya es norma y que nos hace extrañar a Falcioni. Por supuesto que el hincha sigue bancando a este equipo, por Bianchi y por Román. Pero el de Falcioni era más confiable y hasta supo jugar mejor (cierto es que una defensa con Roncaglia, Schiavi e Insaurralde es siempre mejor que cualquiera de las que puede formar Bianchi en estos días).
Esta noche Román, en una pierna, protagonizó los mejores pasajes de fútbol de Boca, los poquísimos momentos de asociación. Blandi se aseguró la titularidad, por movilidad, por hambre de gol, y por la torpeza de Silva y la indolencia de Viatri (y por embocarla, claro). Somoza fue la figura del equipo y del partido... aunque parezca mentira. Tuvo una buena actuación, en medio de la mediocridad general.
A pesar de todo lo malo, Boca promedió un buen primer tiempo, con gol tempranero, posibilidades de ampliar, y cierta aplomo para manejar el trámite. Pero en el segundo tiempo bajaron la cortina demasiado pronto, y se terminó sufriendo hasta el último minuto. Es que se perdió pimienta para liquidarlo de contragolpe, se perdió precisión y presencia de ánimo para tenerla y no dejársela al rival, y se perdió equilibrio para volver cuando se perdían todas las divididas. El árbitro le quitó a Barcelona la chance de un penal, el que se anota en cada partido Caruzzo y que hubieran cobrado en un partido de campeonato o jugando de visitante.
Así las cosas, conviene pasar de ronda como puntero, para asegurarse una definición de local, aunque como están la mano, siendo este el primer triunfo de local, lo primero es asegurarse la clasificación en el lugar que sea. Es que, para asegurarse el primer lugar, conviene que el Toluca no pierda con Nacional mañana. Pero, luego, eso supone que Boca deba ganarle al Toluca para entrar seguro en octavos. Y como están las cosas, a Boca le conviene no depender de sí mismo, es decir, le conviene que los demás hagan las cosas por Boca. Aunque parezca mentira.

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