martes, 5 de marzo de 2013

Las buenas ya van a venir


Esto era lo que se escuchaba de fondo a continuación del primer gol de Unión. Y del segundo. Y del tercero. Todo sigue igual en lo que tiene que ver con el amor a los colores, en el respaldo al conductor, en el recibimiento a su líder futbolístico. Y también sigue igual en lo que tiene que ver con la redonda. Otra vez la zozobra defensiva, otra vez el desconcierto para recuperar la pelota, otra vez las dificultades para asumir el protagonismo.
Lo diferente, en todo caso, fueron los últimos 30 minutos del partido en Guayaquil contra el Barcelona, con un 2-0 tal vez inmerecido pero que dió aire para animarse a jugar un poco como pretende Bianchi. Pero ante Unión volvieron los fantasmas, especialmente amontonados sobre el costado derecho de la defensa de Boca, en ese agujero interminable que se hace entre el lateral derecho, el volante derecho, y el primer central. Así le hacen los goles a Boca. Y no fue 4-0 por el gol mal anulado a Franzoia.
Lo poco bueno que queda, además de la incondicionalidad del que grita que va a estar siempre aunque el equipo se coma una goleada de local en la Bombonera contra un rival que se va a la B y que hace 26 fechas que no ganaba, son algunas actuaciones individuales para destacar. Entre ellas, naturalmente, la de Juan Román Riquelme (avísenle al comentarista del Fútbol para Todos Julio Ricardo que es "Juan Román" y no "Juan Ramón"). Fue la figura de Boca, quien estuvo más cerca de anotar, completó 90 minutos en buen nivel asegurando buen destino a la pelota y convirtiendo cada centro y tiro libre en pase-gol. Le faltó puntería para definir, aunque tuvo al menos tres situaciones muy claras. Y también le faltó puntería a los asistidos, de Caruzzo a Burdisso, de Ledesma a Palacios.
La bienvenida - tan conmovedora como debía serlo en tal vez el último regreso del máximo ídolo xeneixe a la Bombonera - fue con cinta de capitán incluida. Tití Fernández - periodista (o algo así) no sospechado de riquelmista - contó al aire que Orión le ofreció la cinta a Román en el vestuario, antes de salir a la cancha. Que Román la rechazó, diciendo que le correspondía seguir llevándola a Orión. Que Orión insistió y que Bianchi se sumó a la tarea de persuasión, para que volviera encabezando el equipo con la cinta negra en el brazo izquierdo. Los detalles son, de todas maneras, irrelevantes. Si Boca logra salir airoso de estos problemas y se anota un título en Junio la anécdota pasará al olvido. Pero si sale todo mal, allí estarán los oportunistas de siempre, micrófono en mano, para recordar que Orión fue despojado de la cinta de capitán. Que se entretengan solos...
Mientras tanto, circulaba el rumor de otro regreso, el del negro Ibarra, como dice Román, el lateral derecho más importante de la historia de Boca, por encima incluso del Cholo Simeone y del Tano Pernía. Como será de agudo el problema del 4 en Boca que versiones como la vuelta de Ibarra, próximo a cumplir 39 años, gozan de cierta credibilidad. También se menciona probar a Rivero en esa posición, tras los problemas que han evidenciado Cellay, Sosa, Albín, y Aguirre. Para el que mira de afuera, la solución tal vez esté en correr a Clemente a la derecha y esperar que vuelva Sanchez Miño por la izquierda (o atrasar a Colazo a ver que sale).
El problema de Boca no se puede reducir a las individualidades, pero la realidad es que los bajos rendimientos individuales ayudan a explicar este momento. Salvo por el buen momento de Erbes (hoy titular indiscutido), la solidez de los arqueros, y lo que siguen prometiendo el Burrito Martínez y Viatri, Bianchi no logra juntar 10 compañeros que acompañen a Riquelme. Y eso se nota. Las incorporaciones - Chiqui Perez y Ribair Rodríguez - no ayudan. Y la seguidilla de partidos no acaba, por lo cual hay que rendir dos exámenes cada semana. Pero al menos Bianchi comienza a usar la escoba para correr a Somoza, a Silva, y a Ervitti, no por falcionistas sino por troncos.
Pero, retomando el sentido del título, tampoco es tan grave como parece a la luz de los titulares de los diarios. River fue bailado por San Lorenzo que sigue en zona de descenso. Independiente pierde con Arsenal. Un Racing deprimido casi le gana al Lanús puntero. Lara le gana a Newells y Velez pierde con Emelec. Y, si por un momento cometemos el sacrilegio de apartarnos del resultado y ver el trámite del partido, concluiremos que Boca le ganó con holgura el ping pong de Estudio Fútbol a Unión y difícilmente le haya ganado el ping pong al Barcelona de Ecuador, aunque se siga pensando que le ganó bien el partido.
Esto será paso a paso. Y el paso que viene es uno de los choques más importantes en la fase de grupos de la Libertadores. Hay que ganarle a Nacional de Montevideo. Y esperar que comience a aparecer el fútbol antes de que sea demasiado tarde.

2 comentarios:

  1. Esta muy bien que pruebe a Rivero de lateral siempre es mejor cambiar un lateral por un volante que por un defensor central como hizo con Celay, Magallan y Sosa. Saludos

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  2. todo bien con el pasado de bianchi ibarra y riquelme pero hoy estan mas para ser jubilados que campeones. falta que hagan volver a palermo, schiavi y el mellizo y carton lleno

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