lunes, 6 de agosto de 2012

Un Bronce que vale Oro

Confirmando nuestros pronósticos (ver acá), Juan Martín Del Potro completó la hazaña iniciada el viernes en el duelo interminable contra Federer por las semifinales, ganándole en sets corridos a Nole Djokovic el partido por el bronce en Londres.
Redondeó una semana gloriosa, para la historia. Ganándole sin discusión al número 2 del mundo y protagonizando con el número 1 el partido más largo y encarnizado de la historia del tenis olímpico. Confirmó que está, nuevamente, para pelear cosas grandes. En un momento interesantísimo para conseguir cosas grandes, porque se vienen primero el US Open, que Delpo ya ganó, y luego la semifinal de la Davis en Parque Roca.
Y, para el chauvinismo dominante, Delpo consiguió ayer la primera medalla para Argentina y nos sacó del triste grupo de países que ni siquiera han conseguido una. No es poco. Y Del Potro lo sabe. Por eso llora como un chico a pesar de que, en términos deportivos, lo que ha ganado para sí mismo - en lo personal, digo - es un título menor, que equivale a una semifinal de torneo grande.
Pero las lágrimas de Delpo se explican desde lo que esta medalla significa para Argentina. Y confirman que Juan Martín Del Potro se suma al grupo honorable de deportistas de elite nacidos en nuestro país que se destacan por su excelencia dentro y fuera de la cancha. Que también integran Lionel Messi, Luis Scola, Luciana Aymar, Emanuel Ginóbili, Sergio Maravilla Martínez. Son los que no venden humo. Los que hablan en la cancha. Los que representan un modelo de argentinidad al que deberíamos aspirar pero que nunca se impone. Los pecho fríos.

PD1: De Boca no hablaremos por el momento, para que no nos acusen de estar esperando su derrota para una suerte de "escarmiento divino" de Falcioni y Angelici. Pero después del fixture facilongo que le armaron a Boca en la AFA - recordemos que ya no se sortea el fixture, que las fechas del fútbol se hacen más a dedo que las listas del Frente para la Victoria - lo menos que se esperaba de Boca era un triunfo frente al último, y de casualidad ascendido, Quilmes. Se viene la final de la triste Copa Argentina. Y el debut en la Bombonera sin Román. Para Falcioni puede ser la última semana en Boca. Pero ni sueñen con algo parecido para el gordito Angelici: ese vino para quedarse, para recaudar. Con los mismos bríos de Abdo, hoy retornado a la actividad privada.

PD2: Y de River mejor no hablar, para no ser sospechados de tirar mala onda. Basta con mirar el final del partido para confirmar, aquí también, que lo que Boca y River no producen en la cancha lo tienen asegurado en los arbitrajes y desde los escritorios de Viamonte, donde Don Julio se sigue haciendo reelegir... otra metáfora de esta Argentina que depende del sacrificio de Delpo para llevarse una medalla.

5 comentarios:

  1. Super esta todo dado para que te hagas pincha ahora que sos contra de Boca y que encima tenemos a Cagna en el banco y hasta tenemos un Roman espero que no sea tan pecho. Abrazo

    ResponderEliminar
  2. Lo de Del Potro fue toda una hazaña, los últimos dos partidos lo mostraron en toda su grandeza. Un capo.
    Y de Boca y River nada que no hayamos dicho antes.
    Chapeau a Caneo, que le mostró a un equipo sin alma cómo se juega al fútbol.
    Un abrazo Súper

    ResponderEliminar
  3. Aguanten los pechos fríos... yo hace rato que vengo proponiendo que la selección argentina se divida en dos: por un lado la de los pechos fríos y por otra la de pechos calientes.
    En la primera jugarían Riquelme, Messi, Lucho Gonzales, Gago, Aimar, Saviola, Pastore, todos los que son criticados sin piedad por el grupo de iluminados que son los periodistas deportivos y que parecen recriminarles un único defecto, que al parecer es imperdonable en todo deportista, es decir: cierta merma en la temperatura de sus respectivas cajas toraxicas.
    En la otra, la de los pechos calientes, jugarían Braña, Mascherano, Schiavi, Lavezzi, Sosa, Desabato, y un vuelto del retiro Palermo. Jugadores tan anhelados y festejados por los susodichos esclarecidos periodistas. A estos no los critican ni cuando sacan la pelota del estadio ni cuando quiebran al medio a un rival, debido, creo yo, a la alta temperatura que suelen irradiar de su zona pectoral. Virtud de la que sólo pocos pueden gala.
    La primera sería dirigida por Cappa, Menotti, Pekerman, Bianchi, o el sorprendente Darío Franco de Instituto de Córdoba.
    La segunda tendría como DT a Maradona, Falcioni, Caruso Lombardi, Simeone, Sabella, o a un inextinguible Bilardo.
    En fin, cada uno podría elegir de cual ser hincha de acuerdo con su propio paladar futbolístico.
    Yo me quedo con los pechos fríos...
    Me pregunto cúantos elegirán la de los pechos calientes.

    ResponderEliminar
  4. Me gustaría agregar al listado de "pechos fríos" a quien fuera la, hasta el triunfo de Delpo, única medalla olímpica obtenida en singles para la Argentina.
    Medalla de plata en Seul 88 para la hermosa y talentosísima Gaby Sabattini, otra de los deportistas que nos han representado maravillosamente y de los que podemos enorgullecernos.

    ResponderEliminar
  5. Grande Carlos! totalmente de acuerdo con todo lo que vienen diciendo. Esos hombres y mujeres nos dar orgullo de ser argentinos y ojala fueran nuestros idolos. que buen blog!
    Pipo

    ResponderEliminar