lunes, 22 de julio de 2013

La más arriesgada de Zubi (y la añera)


Por una cifra exorbitante, Barcelona FC se aseguró la presencia de Neymar, luego de una temporada con repetidos éxitos locales y un sorpresivo (por lo abultado) traspié ante el Bayern Munich. Con Neymar, el Barsa tiene en la alineación inicial a los tres mejores diez del mundo. Sobre eso no hay discusión: Messi, Iniesta, y Neymar, en ese orden o en el que usted quiera, son los tres mejores del mundo. Tiene además a Xavi, a Cesc, a Busquets. Se da el lujo de regalar a Villa y a Thiago.
Los críticos anotaron en el debe del Barsa su falta de variantes, su obstinación con el tiki-tiki. Pero las incorporaciones no parecen dirigidas a resolver ese problema sino a seguir insistiendo con la misma receta. Que, de tan exitosa, fue capaz de sobrevivir exitosamente a Guardiola, Vilanova y Roura, el verdadero técnico del último campeón español, en piloto automático. Salvar la receta al precio, tal vez, de desestabilizar el vestuario incorporando a una estrella que puede hacerle sombra a la única estrella en el firmamento catalán (porque Iniesta es tan grande que simula ser pequeño).
Por eso, el anuncio de la salida de Vilanova, además del pesar por la enfermedad de Tito, preanunciaban una fórmula semejante. Elegir a alguien del riñón, con antecedentes es la escuela de Cruyff-Michels, acostumbrado al vestuario blaugrana, para que nada cambie.
El volantazo de Rosell, que es el del arquero Zubizarreta, es ir por la opción más arriesgada. Elegir a un director técnico sin experiencia en equipos grandes de ligas mayores. A alguien con muy buenas referencias de sus mentores y de sus dirigidos, pero con un palmarés flaco en éxitos. A un técnico competente e identificado con el proyecto del Barsa, pero que carece de experiencia en Europa. A un técnico que nunca estuvo en el vestuario de un grande, ni como jugador ni como DT, excepto cuando jugaba de visitante.
En la nube de humo que se acerca con la fuerza de un huracán, se presenta a Martino como un amante de la tenencia del balón. Esa descripción es correcta en lo que respecta a su Instituto de Córdoba. Pero, tal como escribimos en el transcurso del mundial 2010 (ver acá), la selección de Martino era la versión sudamericana de Italia. No nos referimos sólo al planteo mezquino frente a la España que a la postre fue campeón del mundo. Por ejemplo, pasó a Japón de suerte en los penales, luego de haber pateado apenas cuatro veces al arco en 120 minutos.
Es, como se escribió esta semana en Olé, una versión mejorada de Bielsa. Con el mismo humo, pero con más seriedad y más experiencia de vestuario. Pero ni el uno ni el otro representan amor por la tenencia. Bielsa va al frente, eso es innegable. Pero lo hace verticalmente. A "la europea". No como hacen los brasileros o, ahora, los españoles a partir de la era del Barsa. Martino ha sabido ir al frente y refugiarse dependiendo de las circunstancias. En eso es más pragmático. Y su pragmatismo le servirá para limitarse a mejorar lo bueno del Barsa y contribuir a que defienda un poco mejor. No vendrá el Tata con ideas revolucionarias. No vendrá a cambiar nada.
Vendrá, nada más y nada menos, que a asegurar la hegemonía de Messi en el vestuario blaugrana. Tiene derecho, al fin y al cabo. No le consultaron por Neymar y encima le pagan una fortuna y lo reciben como si fuera un salvador. Como si ya no tuvieran uno.
Desde aquí le deseamos suerte al Tata. Uno de los mejores jugadores que ví en mi vida en el lugar de la cancha en el que yo jugaba. Pues el Tata se formó en un tiempo en el que "el 8" no era ni carrilero ni doble-cinco. El 8 era el volante de creación por la derecha. Era un diestro que jugaba un poco más retrasado que los delanteros, en la mutación del 2-3-5 al 4-3-3. Ochos eran J. J. López, Brindisi y tantos otros. Pero luego el Tata mutó sus convicciones. Llegó a declarar que el no se pondría a sí mismo. Porque no corría.
Le deseamos suerte al Tata pero le advertimos al lector blaugrana que le esperan tiempos difíciles. Que esta es una decisión a la medida de erráticas decisiones anteriores que comentamos oportunamente aquí. Porque más allá de las posibles limitaciones del tiki-tiki o de la falta de variantes por tener un 9 de área, el problema de este Barsa estará en el vestuario. Y es ahí donde juega la experiencia en el vestuario y la capacidad para jugar finales. Porque saber de fútbol no es solamente entender del juego sino saber trasmitirlo. Y trasmitirlo no sólo es una cuestión de decir las palabras o de apelar a la razón. Hay que saber llegar al corazón del jugador y hacerlo dar más de lo que puede dar. En esas circunstancias en las que no hay razón. En la que tiemblan las piernas. En las que se juega todo.
Es en esas circunstancias que a Bielsa y al bielsismo les pasa lo que tan bien supo describir el maestro Atahualpa Yupanqui: tira el caballo adelante, pero el alma les tira para atrás.

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en casi todo lo que dices pero no deberías olvidarte que Rosell llega a Martino porque la renuncia de Tito los sorprendió con pocos técnicos disponibles. De haber estado vacante Pellegrini o Valverde no tengas dudas que hubiera ido por alguno de ellos. Martino es lo mejor de lo que había desocupados.
    Pau

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  2. al tata lo eligieron porque lo pidio messi. no hay que andar dandole vueltas a la cosa. no importa si sigue el estilo o si lo rechaza. no es volantazo de rossell ni de zubi ellos aceptan que el tecnico lo ponga messi y si sale mal se lo van a facturar a él.

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  3. y sigo, como dice casanovas en el sport "Una cosa está clara, si Messi no estuviera en el Barça, el Barça no hubiese pensado nunca en Martino"

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