Por razones "presupuestarias", solo tenia para una entrada y me reserve para las semifinales del sabado. Confieso que apenas vi el resumen de los triunfos de Nalbandian sobre Monaco y Berlocq. Solamente vi en vivo su partido frente a David Ferrer, un tenista prolijo y metedor que no tiene ni talento ni golpes ganadores. Ferrer barrio a Nalbandian en sets corridos. Y despues tuvimos una final de españoles, con triunfo de Ferrer sobre el campeon anterior, Nicolas Almagro.
Mas o menos a la misma hora nos enterabamos que Juan Martin Del Potro alcanzaba el decimo titulo de su carrera, con un doble 6-4 sobre Michael Llodra en la final de Marsella. Merced a un tenis solido. Sin el brillo de recursos de los que Del Potro carece. Pero con la seriedad y el profesionalismo que un joven de su edad puede tener, a su edad. Y que confirman que comienza a acercarse a su nivel luego de la lesion. Pero las cualidades del caracter de Del Potro no solo se advierten en su andar victorioso en Francia. Sino, especialmente, en su dedicatoria en el momento de coronarse:
“Fue una semana muy especial. Me gustaría compartir mi triunfo con las familias de las víctimas de la tragedia de Once. Estén fuertes, es un momento duro pero les mando todo mi respeto y apoyo”
Es que se siente frivolo hablar de deporte ante este horror que nos desgarra el alma. Menos frivolo, en todo caso, que las tristes declaraciones del secretario de transporte de la Nacion, diciendo que el numero de muertos y heridos hubiera sido inferior si sucedia durante el feriado o si los pasajeros no se amontonaran en los primeros bagones. Menos miserable que la movida del Ministro de Obras Publicas de la Nacion que anuncia que el gobierno se presenta como querellante. Lo cual, en buen romance, significa que el victimario quiere ser victima y que, por lo tanto, no puede ser investigado ni se lo puede hacer responsable. Si Ibarra hubiera hecho lo mismo tal vez hubiera salvado su cabeza. Al fin y al cabo, Ibarra no le daba millones de pesos en subsidios a Cromañón. Ni hubo un tarado en el Sarmiento que encendio una bengala: la responsabilidad politica no puede ser mayor en aquel caso que en este.
En mi post anterior describia mis impresiones de la crisis española, destacando que, a pesar de esa crisis, la vida alla vale mas. Que no te tiran el auto encima cuando cruzas una calle. Que se viaja bien y rapido en transporte publico. Que no sentis que te jugas la vida por subirte a un tren. Es cierto que el terrorismo puede poner una bomba y hacerte volar en pedazos. Pero de lo que hablamos aqui es de accidentes evitables. De lo que hablamos aqui es de negligencia. Y de corrupcion estructural. Porque hasta los ultras reconocen que solo un porcentaje de los miles de millones de pesos en subsidios que invertimos los argentinos en los trenes llegan a "los trenes" (basta con subirse a uno para darse cuenta). El resto, sabemos, se queda en el medio. En algunos bolsillos.
Pero no se puede hacer mucho desde aqui. Ni desde ningun lado. En verdad, la sensacion de impotencia es tan fuerte que, como dice un amigo, dan ganas de darles las llaves y pedirles que avisen cuando terminen...
Para otro post quedaran los temas deportivos del fin de semana. Que la soberbia definicion de la Gata Fernandez, que la cornisa de Ramon, que la caida de la Academia del Coco, que el juego de las estrellas de la NBA, que el taconazo de CR7 para darle al Madrid una victoria inmerecida, que la roja a Sergio Ramos con penal incluido que omite el arbitro, que el gol de Messi, que su quinta amarilla igual que la de Pepe...
Me quedo, en el final, con la vuelta al gol del mejor futbolista argentino de la ultima decada. Otra vez de tiro libre. En este caso por obra de Maglio, que le impidio anotar a Roman con pelota en movimiento. Es que Maglio se salteo un tomo cuando estudiaba para ser arbitro: el de la ley de ventaja. Y a Roman le salio de casualidad. Quiso pegarle por encima de la barrera pero al final le salio al palo del arquero, jeje. Ese beso...