miércoles, 30 de mayo de 2012
Bielsa y el bielsismo
Con Bielsa me pasa, un poco, lo mismo que me pasa con el gobierno nacional o con David Nalbandián. Creo que Bielsa sabe de fútbol, que Nalbandián tiene buenos golpes, y que el gobierno ha hecho algunas cosas bien. Pero no me la creo. No compro el humo que me venden sus propagandistas. Le concedo, al gobierno, actos y prácticas muy valiosas. Pero todos los gobiernos, los del pasado, los del presente, y los del futuro, hacen algunas cosas bien y algunas mal. Por supuesto que en el contexto actual, en el que no se puede discutir, aparecen quienes critican al gobierno por lo que hace bien - digamos, por la AUH - y no por lo que hace mal - digamos, Boudou, Righi, Rafecas, Rivolo.
Pero no es eso lo que interesa a personas inteligentes y no-dogmáticas. Lo que nos importa es usar razones valederas, que cualquier persona con dos dedos de frente podría suscribir. Si no las puede suscribir es porque carece de dos dedos de frente o porque no quiere entrar en razones sino imponer sus razones. O sea, queremos discutir con personas razonablemente inteligentes - esto es lo que queremos decir con los dos dedos de frente - y abiertas a escuchar razones del otro - esto esto lo que queremos decir con "no-dogmáticas".
Por ejemplo, no conozco ninguna persona de las características aludidas que me diga que el índice real de inflación en Argentina es el que reporta el INDEC o que me diga que YPF no debería pertenecer al Estado Argentino. De la misma manera, no conozco personas de las características aludidas que digan que Riquelme no juega bien al fútbol o que no es, hoy, el mejor jugador del campeonato argentino.
Cuando hablamos de directores técnicos la cosa se hace más compleja. Porque los DT representan, en el imaginario futbolero, ciertos valores ideológicos. Nosotros, los del Fútbol de Buen Pie, defendemos a Guardiola, a Cruyff, a Menotti, a Basile, a Cappa. Los ponemos a todos en la misma bolsa y a veces le concedemos méritos que tal vez no merezcan. Ellos, sin ponerle motes, defienden el futbol pragmático, que consiste en negar el Fútbol de Buen Pie y ganar a como dé lugar, si es necesario usando alfileres, rivotriles, alcanzapelotas, o violencia organizada. Ellos defienden a Bilardo, a Bearzot, a Mourinho, a Caruso Lombardi.
Bielsa parece, de acuerdo con el discurso de los comunicadores, cruzar transversalmente la discusión. Porque algunos de los nuestros, notablemente Guardiola, lo abrazan como propio. Pero el verdadero aguante a Bielsa se lo dan los Victor Hugo Moralez, los Paenza, los Alejandro Fabbri, los Niembro, los Araujo, los Chavo Fucks. Eso es lo que aquí llamo "el bielsismo". Los que usan a Bielsa con fines ideológicos. Ellos elogian de Bielsa su preocupación por planificar, su minuciosidad, su obsesión por los detalles, su "trabajo". Le dicen Loco por eso, como se lo decían a Bilardo en los 80. Elogiar su trabajo es una manera no tácita de criticar a "los que no trabajan", los que "van a los entrenamientos a leer el diario". Los que "no hacen pretemporada en la arena", ni "hacen correr a los jugadores 40 km. por dia". Los que hacen entrenar a sus jugadores con pelota. Los que no los concentran la noche antes de los partidos.
Esos propagandistas son los que le han caído sin piedad a Menotti, por haber quedado afuera de aquel mundial 82 contra el campeón, Italia, y al mejor Brasil de los últimos 30 años, el de Telé Santana. Son los que castigan a Basile por aquella final de Copa América perdida contra Brasil por 3-0 después de desplegar un fútbol majestuoso hasta la final. Son los que le dicen a Cappa que "nunca ganó nada" y que celebraron el gol de Brazenas. Esos seudo-periodistas se arrodillan sólo frente a dos cosas, que en realidad son la misma cosa: los billetes y los resultados. Los billetes explican, por ejemplo, el viraje de Víctor Hugo cuando no habla de deportes. Y los resultados explican, por ejemplo, cómo tragaron amargo y escupieron dulce durante estos cuatro años gloriosos de Pep en el Barsa.
Lo cierto es que, como dijimos en un post anterior, Bielsa recibe más elogios de los que se ha ganado en la cancha. Ganó bien y por mérito propio los títulos locales con Newells (aunque esa final con Boca fuera por penales y sin las figuras de Boca). Luego aprovechó el equipo armado que le dieron en Vélez. Tuvo campañas discretas en México y España. Hizo una buena elimnatoria con Argentina. Pero luego nos dejó de a pie en la primera ronda del mundial 2002, el mayor fracaso de la historia reciente del fútbol argentino. Volvió a hacer una buena eliminatoria con Chile. Pero en el mundial, volvió a perder mal con España y con Brasil: o sea, le ganó a los que le tenía que ganar y perdió con los que tenía que perder. Lo mismo en la campaña reciente al frente del Athletic Bilbao. Bien hasta el final, goleadas (en contra) en las finales: que el Barsa te haga precio todo bien, pero que te golee el Atlético de Madrid es bastante más serio.
Ni el mejor DT ni un improvisado; ni tanto ni tan poco. Empecemos por el "tan poco". Algo bueno debe de haber hecho para merecer el elogio de algunas personas inteligentes del fútbol, como Menotti, Guardiola o Cruyff. Va al frente, ha estudiado algo, sus equipos han jugado bien, y también ha obtenido algunos resultados positivos. Pero no resiste la comparación con otros DT que han sido infinitamente más efectivos y, en algunos casos, jugando mucho mejor. La comparación con Bianchi se cae de madura. Pero, en rigor, en términos de su palmarés, Bielsa ni siquiera se puede comparar con el Tolo Gallego o el Pelado Díaz. Bianchi y sus Copas Libertadores e Intercontinentales le queda demasiado lejos. Sin embargo, no hay propagandistas haciendo campaña por Bianchi de la manera que los hay por Bielsa. No hay "bianchistas". Ninguna persona con dos dedos de frente discute a Bianchi. Pero nadie dice o escribe "la vida por Bianchi" ni escriben biografías sobre él como hacen Iutch o Senosiaín.
En el fondo, la discusión sobre el bielsismo podría reducirse al rol de los medios de comunicación en la formación de opiniones. La Paglieri se pelea con Anguita porque dice que hablar del dolar hace subir la cotización. Por eso, le "recomienda" no hablar del asunto (es que la gente escucha el programa de Anguita para decidir si va a comprar o no). De manera similar, los propagandistas del bielsismo nos cuentan a quién saluda o deja de saludar el rosarino o cuantos videos tiene en la casa como parte del proyecto de construcción del mismo relato de cartón. Tiene algunos méritos, pero está lejos de tener todos los que le atribuyen.
Con dedicatoria especial para los jovencísimos consumidores de blogs, que creen que el fútbol empezó con Bielsa (y el tenis con el "Rey David"... y los derechos humanos en el 2003) vale la pena recordar a otro rosarino, con mucho menos prensa y muchos más valores que Bielsa.
El Piojo José Yudica fué el DT del Quilmes campeón del 78 (el único en la historia del club), ganándole al Boca campeón de América del Toto Lorenzo y al River de Angelito que era la base del plantel mundialista del 78. De Quilmes - al que también ascendió - pasó a San Lorenzo y lo sacó de la B ganando el campeonato. De ahí pasó a Argentinos Juniors donde ganó el Nacional 85, la Copa Libertadores del 85, y la Copa Interamericana del 86. Luego fue a Newells donde ganó el campeonato largo 1987-1988 y jugó la final de la Copa Libertadores del 88. Aquella final inolvidable en Argentinos contra la Juventus de Platini - el mejor partido que ví en mi vida hasta el 5-0 del Barsa contra el Real Madrid de Mourinho - pudo ser triunfo en los 90 pero se perdió en los penales. En un reportaje con Fantino que no puedo encontrar en Youtube, el Bichi Borghi contaba que si Yudica ponía un defensor y tiraba el equipo 20 metros para atrás hubieran aguantado el triunfo y obtenido la Intercontinental. Pero eso no iba con el Piojo, que les enseñó no solamente a apreciar y practicar el buen fútbol sino también a ser coherentes con lo que decían. No hay biografías ni programas de tele sobre Yudica y estoy seguro de que la mayoría de los jovencitos que le rezan a Bielsa no saben de él. Nunca le dieron a dirigir una selección y nunca ha cobrado los millones de Bielsa. Aunque ha ganado mucho más que él, no hay siquiera un palquito en la cancha de Newells que lleve su nombre (aunque el estadio haya sido rebautizado con el nombre de "Marcelo Bielsa").
Recomiendo especialmente ver los videos de los equipos del Piojo. Que jugaban un fútbol exquisito pero hoy han sido olvidados. A manos de otros rosarinos que no le han llegado ni le llegarán a la altura de los tobillos. No sólo en los títulos, que es lo que le importa a los propagandistas. Sino también en la jerarquía y en el respeto por la pelota. En el FUTBOL DE BUEN PIE.
Pero el problema no es Bielsa. El problema es el bielsismo.
domingo, 27 de mayo de 2012
No corre
Por eso, dice Sabella, Riquelme no juega en la seleccion el proximo fin de semana.
Primero, es falso que no corra (ver partido contra Velez jugando con 10, los dos juegos contra Fluminense, etc.). Segundo, mira el video y decime para que sirve correr si hace hacer los goles de parado. Se la pone en la cabeza a Insaurralde, en dos toques lo deja solo a Cvitanich, y en otros dos toques le regala al gol a Mouche (y no hablemos de los cuatro goles que sirvio y que se erraron). Por suerte la gente entiende mas de esto que Sabella. Ya no corea los nombres de los que convierten los goles sino del que los asiste. Es que Roman educa. El otro que educa es Diego Latorre en Ole: "De ahí que un jugador como Riquelme sería importante en la Selección: es factor de integración, une características, genera fluidez. Es capaz de explotar las virtudes de los demás. Román ha posibilitado que Messi fuera un jugador muy productivo en la Selección. Recuerdo esa Copa América y los pasajes en que se encontraron en el equipo olímpico de Batista. Riquelme no puede estar ahora desperdiciado."
En realidad, la tapa del domingo es la remontada de San Lorenzo. O la claudicacion de Newells. Que lleva dos derrotas al hilo contra los equipos que pelean el descenso. Que se dejo ganar despues de ir 2-0 arriba.
Neymar dice que quiere jugar contra Boca la final de la Libertadores. Primero hay que pasar a la U y al Corinthians. Pero si hay que elegir rival para jugar una final, yo quiero jugar contra un equipo de Martino o de su maestro Bielsa.
viernes, 25 de mayo de 2012
Gloria y loor para Pep
A pesar de diplomáticas declaraciones y especulaciones variadas, tal como se anticipaba el Barcelona se alzó con una nueva Copa del Rey, sin despeinarse. Para no aburrir, resumo cinco impresiones sobre el partido y sus inmediaciones.
1. De fútbol, poco y nada
El partido fue mucho menos divertido de lo que se anunciaba. En rigor, le sobraron no menos de 70 minutos de juego. Barcelona estuvo a punto de anotar su primer gol a los 27 segundos del partido. Antes del minuto 25 del primer tiempo ya ganaba 3-0. Con eso - y con el cariño de Pep por Bielsa - alcanza para explicar por qué no fue 7-0 u 8-0. El blaugrana le hizo precio y entre los dos nos aburrieron lindo. Varsky decía que el Barsa hizo todo bien. Pero no dijo ni va a decir que el rival le dejó hacer todo bien al Barcelona desde el primer minuto de juego.
2. La importancia de la Copa del Rey y de los records de Messi
El año pasado, esta copa la levantó el Real Madrid, ganándole en la final al Barcelona de Pep. Como fue el único título de la todavía magra campaña de Mourinho al frente del Real Madrid, era un "trofeo glorioso". Claro, era de lo único de lo que podía agarrarse el traductor para decir que su campaña había sido mejor que la de Pellegrini. Ahora, la Copa del Rey no vale nada. Porque el Real Madrid se quedó afuera en semifinales contra el Barcelona. Lo mismo respecto de Messi. El pichichi de CR7 del año pasado era "una muestra de que es el mejor". Este año Messi superó con creces ese record. Y completa la friolera de 73 goles en la temporada para confirmar que es, nuevamente, quien merece el Balón de Oro de la FIFA. Aunque CR7 diga "yo soy mejor que Messi" y el traductor Mourinho diga que los goles de Messi "no sirven para nada".
3. Todos contra los madrileños (pero especialmente contra el Real Madrid del dictador Franco y del traductor Mourinho)
Tal como se anticipaba, arreciaron los silbidos en el Vicente Calderón cuando sonaba el himno español. El Real Madrid negó el Santiago Bernabeu y Esperanza Aguirre estuvo ausente en la final (después de bardear al comienzo y de que la mandaran a resolver la crisis y a dejar de robar, en vez de hablar de fútbol). Pero los silbidos y las palabras de aliento para la madre de Esperanza se escucharon en Madrid, en toda España, y en el mundo ("Esperanza, hija de puta"fue trending topic en Twitter). Allá andarán los fantasmas de Franco, la fortuna de Florentino, y las miserias de Mourinho reprobando los silbidos. Pero los madrileños son y serán visitantes en toda España, probablemente para siempre.
4. La despedida gloriosa del mejor DT de las últimas tres décadas (por lo menos)
De Guardiola ya se ha dicho todo. Veo fútbol desde comienzos de la década del 80 y digo, como la mayoría de los que son más viejos que yo, que este es el mejor equipo de fútbol de la historia. Y, encima, ha ganado todo. Para desmentir a los que hicieron carrera sosteniendo que no se podía ganar y jugar bien al mismo tiempo. Con esta Copa del Rey, Pep acumula 14 de 19 títulos disputados. O sea, ganó todo lo que jugó, excepto una Liga BBVA, 2 Ligas de Campeones en las que estuvo en semifinales y 2 Copas del Rey. Durante los cuatro años al frente del Barcelona, Pep ha estado presente en 12 finales, de las que sólo perdió una, curiosamente en otra final de Copa, la de la temporada pasada, frente al Real Madrid. Y siempre de la misma manera. Como lo ha dicho esta noche, en su - por ahora - última conferencia de prensa: "Fue mi mejor año. Nunca traicioné la idea del Barça" (obviemos la parte en la que se refiere a ser DT de Brasil... no queremos ser hinchas de la verde amarela).
5. Bielsa y el bielsismo
La contracara es Bielsa. La única final que ganó en su vida fue por penales, en la Bombonera, en 1991, frente a un equipo de Boca sin sus principales figuras, Latorre, Batistuta, y Giunta, que estaban con Basile disputando la Copa América de Chile. A partir de allí, mas allá del humo y de los fuegos de artificio, le ha ganado a los que le tenía que ganar y ha perdido con los que tenía que perder. En Vélez aprovechó el equipo armado que recibió. En Chile hizo una buena eliminatoria, pero luego perdió mal contra España y contra Brasil, y llegó hasta donde tenía que llegar. Y aquí en el Bilbao, a pesar de las dos finales, terminó décimo en el campeonato, sacó un punto de 15 en las últimas 5 fechas, y perdió por goleada las dos finales que disputó. Cierto es que perder contra el Barcelona era un resultado previsible. No lo era perder, y de esa forma, contra el Atlético Madrid de Diego Simeone. Me pregunto si los propagandistas del bielsismo - que no casualmente son también propagandistas del gobierno nacional - serán tan duros con Bielsa como lo han sido con otros técnicos que han perdido finales (por ejemplo, la que perdió el Coco contra Brasil en la Copa América de la mejor selección argentina de las últimas dos décadas, como dice Román). La pregunta es retórica. Ya sabemos lo que van a decir. Porque son propagandistas. Nos hablarán de como le negó la mano al presidente del Barcelona, al del Atlético Madrid, o a Piñera. Nos dirán que ayudó una vieja a cruzar la calle. Que le dió de comer en la boca a un minusválido. Humo. De fútbol, nada. Como en el 2002.
1. De fútbol, poco y nada
El partido fue mucho menos divertido de lo que se anunciaba. En rigor, le sobraron no menos de 70 minutos de juego. Barcelona estuvo a punto de anotar su primer gol a los 27 segundos del partido. Antes del minuto 25 del primer tiempo ya ganaba 3-0. Con eso - y con el cariño de Pep por Bielsa - alcanza para explicar por qué no fue 7-0 u 8-0. El blaugrana le hizo precio y entre los dos nos aburrieron lindo. Varsky decía que el Barsa hizo todo bien. Pero no dijo ni va a decir que el rival le dejó hacer todo bien al Barcelona desde el primer minuto de juego.
2. La importancia de la Copa del Rey y de los records de Messi
El año pasado, esta copa la levantó el Real Madrid, ganándole en la final al Barcelona de Pep. Como fue el único título de la todavía magra campaña de Mourinho al frente del Real Madrid, era un "trofeo glorioso". Claro, era de lo único de lo que podía agarrarse el traductor para decir que su campaña había sido mejor que la de Pellegrini. Ahora, la Copa del Rey no vale nada. Porque el Real Madrid se quedó afuera en semifinales contra el Barcelona. Lo mismo respecto de Messi. El pichichi de CR7 del año pasado era "una muestra de que es el mejor". Este año Messi superó con creces ese record. Y completa la friolera de 73 goles en la temporada para confirmar que es, nuevamente, quien merece el Balón de Oro de la FIFA. Aunque CR7 diga "yo soy mejor que Messi" y el traductor Mourinho diga que los goles de Messi "no sirven para nada".
3. Todos contra los madrileños (pero especialmente contra el Real Madrid del dictador Franco y del traductor Mourinho)
Tal como se anticipaba, arreciaron los silbidos en el Vicente Calderón cuando sonaba el himno español. El Real Madrid negó el Santiago Bernabeu y Esperanza Aguirre estuvo ausente en la final (después de bardear al comienzo y de que la mandaran a resolver la crisis y a dejar de robar, en vez de hablar de fútbol). Pero los silbidos y las palabras de aliento para la madre de Esperanza se escucharon en Madrid, en toda España, y en el mundo ("Esperanza, hija de puta"fue trending topic en Twitter). Allá andarán los fantasmas de Franco, la fortuna de Florentino, y las miserias de Mourinho reprobando los silbidos. Pero los madrileños son y serán visitantes en toda España, probablemente para siempre.
4. La despedida gloriosa del mejor DT de las últimas tres décadas (por lo menos)
De Guardiola ya se ha dicho todo. Veo fútbol desde comienzos de la década del 80 y digo, como la mayoría de los que son más viejos que yo, que este es el mejor equipo de fútbol de la historia. Y, encima, ha ganado todo. Para desmentir a los que hicieron carrera sosteniendo que no se podía ganar y jugar bien al mismo tiempo. Con esta Copa del Rey, Pep acumula 14 de 19 títulos disputados. O sea, ganó todo lo que jugó, excepto una Liga BBVA, 2 Ligas de Campeones en las que estuvo en semifinales y 2 Copas del Rey. Durante los cuatro años al frente del Barcelona, Pep ha estado presente en 12 finales, de las que sólo perdió una, curiosamente en otra final de Copa, la de la temporada pasada, frente al Real Madrid. Y siempre de la misma manera. Como lo ha dicho esta noche, en su - por ahora - última conferencia de prensa: "Fue mi mejor año. Nunca traicioné la idea del Barça" (obviemos la parte en la que se refiere a ser DT de Brasil... no queremos ser hinchas de la verde amarela).
5. Bielsa y el bielsismo
La contracara es Bielsa. La única final que ganó en su vida fue por penales, en la Bombonera, en 1991, frente a un equipo de Boca sin sus principales figuras, Latorre, Batistuta, y Giunta, que estaban con Basile disputando la Copa América de Chile. A partir de allí, mas allá del humo y de los fuegos de artificio, le ha ganado a los que le tenía que ganar y ha perdido con los que tenía que perder. En Vélez aprovechó el equipo armado que recibió. En Chile hizo una buena eliminatoria, pero luego perdió mal contra España y contra Brasil, y llegó hasta donde tenía que llegar. Y aquí en el Bilbao, a pesar de las dos finales, terminó décimo en el campeonato, sacó un punto de 15 en las últimas 5 fechas, y perdió por goleada las dos finales que disputó. Cierto es que perder contra el Barcelona era un resultado previsible. No lo era perder, y de esa forma, contra el Atlético Madrid de Diego Simeone. Me pregunto si los propagandistas del bielsismo - que no casualmente son también propagandistas del gobierno nacional - serán tan duros con Bielsa como lo han sido con otros técnicos que han perdido finales (por ejemplo, la que perdió el Coco contra Brasil en la Copa América de la mejor selección argentina de las últimas dos décadas, como dice Román). La pregunta es retórica. Ya sabemos lo que van a decir. Porque son propagandistas. Nos hablarán de como le negó la mano al presidente del Barcelona, al del Atlético Madrid, o a Piñera. Nos dirán que ayudó una vieja a cruzar la calle. Que le dió de comer en la boca a un minusválido. Humo. De fútbol, nada. Como en el 2002.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Con los pies sobre la tierra
Boca pateó una sola vez al arco y le alcanzó para convertir y pasar a las semifinales de la Copa Libertadores. Eso es todo. El partido empieza y termina en el Burrito Rivero. Se le abre al Fluminense después de una falta tonta del ex-volante de San Lorenzo en la puerta del área grande. El tiro del tal Carleto le pegó a Rivero, literalmente, en el trasero, le cambió la dirección al balón, y se convirtió en el 1-0 de Fluminense. Demasiado pronto. Demasiado accidentado. Hasta entonces el dominio del Fluminense había sido casi imperceptible. Posicionalmente jugaba más arriba que en la Bombonera. Pero los centrales quedaban mano a mano con los delanteros xeneixes en cada contra.
Pero a partir del gol el Flu dominó el partido. Edinho borró de la cancha a Riquelme. Y Boca volvió a depender de las cábalas, de los rebotes, de la suerte. Cvitanich y Silva no pudieron transformar en flores los miles de ladrillazos que le tiraron los defensores y volantes de Boca. Y los delanteros del Flo no pudieron transformar en situaciones claras de gol el dominio territorial, más allá de dos jugadas en las que Moura quedó sólo frente a Orión.
El partido sirve para hacer balances. Algunos demostraron no dar la talla. Orión no fue seguro. Roncaglia alternó buenas con malas. Insaurralde no hizo nada mal pero estuvo siempre al límite. Erbes ya desperdició suficientes oportunidades y le dió la razón a Falcioni en buscar a Yacob primero, y de reemplazarlo luego, primero en la ida contra el Flu en la Bombonera y luego esta noche haciendo entrar a Sanchez Miño para que Erviti jugara de volante central. Cvitanich sigue bajo y Mouche volvió a lo de siempre, aunque metía más miedo que Cvita. Para el final queda Silva y Rivero. Los panqueques de Closs y Niembro - la comparación de Niembro con Latorre es inevitable: Latorre, que jugaba y bien a esto, nunca le dice a Riquelme a quién se la tiene que dar ni le marca un pase de 50 metros, Niembro, el señor de los indultos y admirador de Mourinho, sí lo hace - eligieron figura a Silva. Pero lo del uruguayo fue horrible. Que juegue el domingo contra Godoy Cruz y que abren la lista de buena fe para las semifinales de la Copa para hacerle lugar a Viatri. Es cierto que la empujó y que el árbitro no daba gol de Rivero. Pero ese gol lo hacía Schiavi (que tuvo en la ida más situaciones de gol que todo Boca junto).
Y Rivero cerró el partido. Le marcó el pase a Riquelme y definió con lo que le quedaba de resto, bastante bien. Ledesma hubiera hecho dos goles esta noche. Pero el Burro es lo que hay.
Lo bueno es que nadie se la cree. Hasta Falcioni, el resultadista, reconoció que los penales eran premio suficiente.
Dijimos hace una semana:
"Lo que viene será arduo y no cambio en nada mi diagnóstico de la semana pasada. Boca es frágil de mandíbula y si se lo ataca bien se lo puede noquear. En eso se diferencia del Boca de Bianchi. Pero viene derecho, con suerte de campeón, para convertir en momentos críticos del partido. Y tiene al mejor timonel de Sudamérica. Ese que pide a gritos selección argentina para los choques de principios de Junio frente a Ecuador y Brasil. En eso, en la suerte y en la presencia de Román, se parece a aquel Boca de Bianchi."
Eso. La mística, el culo, del Boca de Bianchi.
Pero a partir del gol el Flu dominó el partido. Edinho borró de la cancha a Riquelme. Y Boca volvió a depender de las cábalas, de los rebotes, de la suerte. Cvitanich y Silva no pudieron transformar en flores los miles de ladrillazos que le tiraron los defensores y volantes de Boca. Y los delanteros del Flo no pudieron transformar en situaciones claras de gol el dominio territorial, más allá de dos jugadas en las que Moura quedó sólo frente a Orión.
El partido sirve para hacer balances. Algunos demostraron no dar la talla. Orión no fue seguro. Roncaglia alternó buenas con malas. Insaurralde no hizo nada mal pero estuvo siempre al límite. Erbes ya desperdició suficientes oportunidades y le dió la razón a Falcioni en buscar a Yacob primero, y de reemplazarlo luego, primero en la ida contra el Flu en la Bombonera y luego esta noche haciendo entrar a Sanchez Miño para que Erviti jugara de volante central. Cvitanich sigue bajo y Mouche volvió a lo de siempre, aunque metía más miedo que Cvita. Para el final queda Silva y Rivero. Los panqueques de Closs y Niembro - la comparación de Niembro con Latorre es inevitable: Latorre, que jugaba y bien a esto, nunca le dice a Riquelme a quién se la tiene que dar ni le marca un pase de 50 metros, Niembro, el señor de los indultos y admirador de Mourinho, sí lo hace - eligieron figura a Silva. Pero lo del uruguayo fue horrible. Que juegue el domingo contra Godoy Cruz y que abren la lista de buena fe para las semifinales de la Copa para hacerle lugar a Viatri. Es cierto que la empujó y que el árbitro no daba gol de Rivero. Pero ese gol lo hacía Schiavi (que tuvo en la ida más situaciones de gol que todo Boca junto).
Y Rivero cerró el partido. Le marcó el pase a Riquelme y definió con lo que le quedaba de resto, bastante bien. Ledesma hubiera hecho dos goles esta noche. Pero el Burro es lo que hay.
Lo bueno es que nadie se la cree. Hasta Falcioni, el resultadista, reconoció que los penales eran premio suficiente.
Dijimos hace una semana:
"Lo que viene será arduo y no cambio en nada mi diagnóstico de la semana pasada. Boca es frágil de mandíbula y si se lo ataca bien se lo puede noquear. En eso se diferencia del Boca de Bianchi. Pero viene derecho, con suerte de campeón, para convertir en momentos críticos del partido. Y tiene al mejor timonel de Sudamérica. Ese que pide a gritos selección argentina para los choques de principios de Junio frente a Ecuador y Brasil. En eso, en la suerte y en la presencia de Román, se parece a aquel Boca de Bianchi."
Eso. La mística, el culo, del Boca de Bianchi.
lunes, 21 de mayo de 2012
Doble cinco doble nueve
Aunque descreemos del "número telefónico", sería absurdo negar que el DT manda un mensaje con la manera en que acomoda las piezas en la cancha. Con altibajos - y probablemente sesgados por aquel episodio de marginar a Román para el partido frente a All Boys en la Boca el año pasado - hemos tenido consideraciones bastante negativas respecto del paso de Julio Cesar Falcioni por el banco de Boca.
Pues bien, nobleza obliga, hay que decir que en la última semana su participación en los dos entretiempos ha sido contraintuitiva y decisiva. El tipo vió cosas que el resto no vimos. Y arriesgó con dos movidas que eran audaces e inesperadamente arriesgadas.
Es cierto que el Fluminense había perdido a Carlinhos a los 35 del primer tiempo y no era descabellado salir a atacarlo con más decisión en el comienzo del segundo tiempo. Pero sacar a un volante central (Erbes) de características defensivas para poner un 9 de área (Blandi)? No solamente arriesgaba al perder a su volante más batallador, de partido aceptable, sino que lo suplantaba por un doble-cinco improvisado, armado entre Erviti y Rivero, ninguno de los cuales es en rigor volante central. Parecía, además, una movida suicida, porque suponía regarlarle las bandas a los buenos laterales del Flu para que progresaran de contra haciendo ancha la cancha. Lo cierto es que el cambio fue decisivo en el trámite del partido, que Boca manejó a voluntad durante todo el segundo tiempo. Que no hizo más goles porque el arquero del Flu fue figura, porque Schiavi no es un gran definidor, y porque Cvitanich no pasa por su mejor momento. Pero Boca fue muy superior y mereció una ventaja mucho más holgada en su partido de ida en la Bombonera. Mereció tal vez 2 o 3 goles de diferencia. El 1-0 es importante por motivos remanidos. Pero es una diferencia exigua de cara al partido de vuelta. Especialmente considerando que una mano semejante de Roncaglia será penal y roja. Y que el Flu no vendrá a refugiarse y a salir de contra como lo hizo en la Bombonera el jueves pasado. Y entonces, ahí sí, el resultado sigue abierto. Porque lo que hay que hacer para ganarle a Boca es atacarlo. Porque es vulnerable.
Respecto de esta noche, lo de Racing fue un poco superior a Boca en ese pálido primer tiempo. Apenas un par de llegadas, pero con suficiente peligro como para justificar, tal vez, una victoria albiceleste en los primeros 45 minutos. Insúa, un lateral izquierdo con futuro interesante, fue con las dos piernas para adelante innecesariamente y se llevó la amarilla que Lousteau se guardó frente a Roncaglia la semana pasada y trocó por roja. Luego se le escapó de las manos la bola en un lateral, cometiendo falta técnica. Falcioni y su cuerpo técnico supieron entonces que era hora de resguardar al pibe e impedirle que volviera a la cancha luego del entretiempo. El cambio, cantado, pero ofensivo de todas maneras, era correr al excelente todoterreno Sanchez Miño - que juega bien por donde lo pongan - a la defensa por la banda izquierda, a Chavez a un costado, y darle minutos a Paredes. Ya era un cambio osado: sale el 3, entra un 10. Pero no. Falcioni repitió la fórmula del jueves pasado: sacó al defensor y mandó a la cancha a Viatri, luego de 7 meses afuera de las canchas por aquella rotura de ligamentos. Y a pesar de algunos sofocones en el comienzo del segundo tiempo, donde parecía que Racing iba a usufructuar las flaquezas de la banda izquierda de la defensa y el mediocampo xeneixe, Boca impuso su ritmo y su juego. Mouche, acaso el delantero mas decisivo de esta actualidad del fútbol argentino - para regocijo de Angelici y de los hinchas de Boca que se lo quieren sacar de encima vendiéndolo caro - colaboraba con la recuperación, volviendo por la izquierda como si fuera un volante. Y hacía diferencias cuando trepaba por la derecha o por la izquierda, transformando a Pillud - pensar que hace unos meses decían que era jugador de selección! - en un espectador más de este buen momento del 7 de Boca. Y Blandi y Viatri entraban y salían, para no darle referencias fijas a los centrales de Martinez y Caceres. Boca manejó de nuevo el trámite de este segundo tiempo, aun sin Riquelme. Creó situaciones. Recuperó a Viatri, al mejor delantero del plantel, de cara a las instancias decisivas del campeonato, la Libertadores y la Copa Argentina, y le permitió convertir a Blandi, un delantero que juega de nueve pero que no es goleador.
Lo que viene será arduo y no cambio en nada mi diagnóstico de la semana pasada. Boca es frágil de mandíbula y si se lo ataca bien se lo puede noquear. En eso se diferencia del Boca de Bianchi. Pero viene derecho, con suerte de campeón, para convertir en momentos críticos del partido. Y tiene al mejor timonel de Sudamérica. Ese que pide a gritos selección argentina para los choques de principios de Junio frente a Ecuador y Brasil. En eso, en la suerte y en la presencia de Román, se parece a aquel Boca de Bianchi.
Tiene a Riquelme. Y ahora, con la recuperación de Viatri, le suma a su mejor socio. Porque ni la polenta de Silva, ni el talento de Cvitanich, ni el sacrificio de Blandi, ni la cintura de Araujo, se comparan a la versatilidad de Viatri. Que juega de volante cuando empieza la jugada y de goleador implacable cuando la jugada se termina. Y si no lo cree vuelva a mirar esta joyita que constituye el primer tiro al arco oficial de Viatri a la vuelta de su lesión. Golazo.
Pues bien, nobleza obliga, hay que decir que en la última semana su participación en los dos entretiempos ha sido contraintuitiva y decisiva. El tipo vió cosas que el resto no vimos. Y arriesgó con dos movidas que eran audaces e inesperadamente arriesgadas.
Es cierto que el Fluminense había perdido a Carlinhos a los 35 del primer tiempo y no era descabellado salir a atacarlo con más decisión en el comienzo del segundo tiempo. Pero sacar a un volante central (Erbes) de características defensivas para poner un 9 de área (Blandi)? No solamente arriesgaba al perder a su volante más batallador, de partido aceptable, sino que lo suplantaba por un doble-cinco improvisado, armado entre Erviti y Rivero, ninguno de los cuales es en rigor volante central. Parecía, además, una movida suicida, porque suponía regarlarle las bandas a los buenos laterales del Flu para que progresaran de contra haciendo ancha la cancha. Lo cierto es que el cambio fue decisivo en el trámite del partido, que Boca manejó a voluntad durante todo el segundo tiempo. Que no hizo más goles porque el arquero del Flu fue figura, porque Schiavi no es un gran definidor, y porque Cvitanich no pasa por su mejor momento. Pero Boca fue muy superior y mereció una ventaja mucho más holgada en su partido de ida en la Bombonera. Mereció tal vez 2 o 3 goles de diferencia. El 1-0 es importante por motivos remanidos. Pero es una diferencia exigua de cara al partido de vuelta. Especialmente considerando que una mano semejante de Roncaglia será penal y roja. Y que el Flu no vendrá a refugiarse y a salir de contra como lo hizo en la Bombonera el jueves pasado. Y entonces, ahí sí, el resultado sigue abierto. Porque lo que hay que hacer para ganarle a Boca es atacarlo. Porque es vulnerable.
Respecto de esta noche, lo de Racing fue un poco superior a Boca en ese pálido primer tiempo. Apenas un par de llegadas, pero con suficiente peligro como para justificar, tal vez, una victoria albiceleste en los primeros 45 minutos. Insúa, un lateral izquierdo con futuro interesante, fue con las dos piernas para adelante innecesariamente y se llevó la amarilla que Lousteau se guardó frente a Roncaglia la semana pasada y trocó por roja. Luego se le escapó de las manos la bola en un lateral, cometiendo falta técnica. Falcioni y su cuerpo técnico supieron entonces que era hora de resguardar al pibe e impedirle que volviera a la cancha luego del entretiempo. El cambio, cantado, pero ofensivo de todas maneras, era correr al excelente todoterreno Sanchez Miño - que juega bien por donde lo pongan - a la defensa por la banda izquierda, a Chavez a un costado, y darle minutos a Paredes. Ya era un cambio osado: sale el 3, entra un 10. Pero no. Falcioni repitió la fórmula del jueves pasado: sacó al defensor y mandó a la cancha a Viatri, luego de 7 meses afuera de las canchas por aquella rotura de ligamentos. Y a pesar de algunos sofocones en el comienzo del segundo tiempo, donde parecía que Racing iba a usufructuar las flaquezas de la banda izquierda de la defensa y el mediocampo xeneixe, Boca impuso su ritmo y su juego. Mouche, acaso el delantero mas decisivo de esta actualidad del fútbol argentino - para regocijo de Angelici y de los hinchas de Boca que se lo quieren sacar de encima vendiéndolo caro - colaboraba con la recuperación, volviendo por la izquierda como si fuera un volante. Y hacía diferencias cuando trepaba por la derecha o por la izquierda, transformando a Pillud - pensar que hace unos meses decían que era jugador de selección! - en un espectador más de este buen momento del 7 de Boca. Y Blandi y Viatri entraban y salían, para no darle referencias fijas a los centrales de Martinez y Caceres. Boca manejó de nuevo el trámite de este segundo tiempo, aun sin Riquelme. Creó situaciones. Recuperó a Viatri, al mejor delantero del plantel, de cara a las instancias decisivas del campeonato, la Libertadores y la Copa Argentina, y le permitió convertir a Blandi, un delantero que juega de nueve pero que no es goleador.
Lo que viene será arduo y no cambio en nada mi diagnóstico de la semana pasada. Boca es frágil de mandíbula y si se lo ataca bien se lo puede noquear. En eso se diferencia del Boca de Bianchi. Pero viene derecho, con suerte de campeón, para convertir en momentos críticos del partido. Y tiene al mejor timonel de Sudamérica. Ese que pide a gritos selección argentina para los choques de principios de Junio frente a Ecuador y Brasil. En eso, en la suerte y en la presencia de Román, se parece a aquel Boca de Bianchi.
Tiene a Riquelme. Y ahora, con la recuperación de Viatri, le suma a su mejor socio. Porque ni la polenta de Silva, ni el talento de Cvitanich, ni el sacrificio de Blandi, ni la cintura de Araujo, se comparan a la versatilidad de Viatri. Que juega de volante cuando empieza la jugada y de goleador implacable cuando la jugada se termina. Y si no lo cree vuelva a mirar esta joyita que constituye el primer tiro al arco oficial de Viatri a la vuelta de su lesión. Golazo.
domingo, 13 de mayo de 2012
En la cornisa
Pese a la buena reacción del segundo tiempo y de terminar manejando el trámite con 10 hombres por la injusta expulsión de Roncaglia sobre el final del primer tiempo - roja directa que Lousteau sacó tan fácil como las amarillas a Riquelme y Rivero, demostrando que la Bombonera mete cada vez menos miedo y que es fácil meterle la mano en el bolsillo a Boca - se vuelve a confirmar esa sensación de que si Boca puede progresar sea en la Copa, sea en el campeonato local, lo será sólo por lo que pueda ofrecer Juan Román Riquelme.
La semana pasada pedíamos rotación, después del triunfo agónico en la ida frente a Unión Española. Vino un empate casi derrota frente a Atlético de Rafaela y este empate en la Bombonera, aunque ahora sin rotación, jugando con 10, y arriesgando el físico de cara al primer partido de la serie contra Fluminense, también de local.
Pinta feo. Porque falta volumen de juego. Porque se carece de solidez defensiva. Porque es un equipo largo que el DT no corrige. Porque con Cvitanich tan bajo y con Silva y Viatri afuera el único que puede convertir en Boca es Riquelme. Porque siente la ausencia, el fútbol, el gol y la presencia anímica de Ledesma. Y porque encima cualquier perejil vestido de árbitro sueña con la pinta de Carlos Gardel y se hace figura a fuerza de errores que, esperemos, sean involuntarios.
Velez jugó 50 minutos con un jugador de más. Honrando su historia de tibieza, no pudo sacar ventaja ni en el resultado ni en el juego. Perdió al Pocho Insúa. Y se le viene un partido que si juega la lógica van a perder de local y de visitante, para quedarse sin Libertadores. Van a tener que pegarle mucho a Neymar para apagarlo.
En el campeonato manda ahora Newells, que juega peor que Boca pero gana, y como el Tata - un jugadorazo de los mejores que ví en mi vida - viene vendiendo el humo de Bielsa, los medios hablan de hazaña y se olvidan de como juega. Y Tigre está entreverado, aunque pelea el descenso. Solamente por eso, por esa mediocridad que inunda sin pausa el futbol argentino, es que Boca es aún candidato al título en el campeonato local. En la copa ya no me animo a hacer ese pronóstico. Porque hay que encender demasiadas velas y seguir esperando no solamente que Román se ilumine sino que además los rivales se equivoquen. Bastará un poquito de mala suerte para quedar afuera de todo.
Es verdad, Fluminense no es el Barsa. Pero tiene sentido común, poder de fuego arriba, y talento para hacer daño. Boca no tiene a Somoza, ni a Silva, ni a Roncaglia, ni a Ledesma. Y lo que hay en el banco, incluyendo al cuerpo técnico, no alcanza para ser optimistas.
Que pena tener que volver a las cábalas ante la falta de fútbol.
jueves, 10 de mayo de 2012
Juega sólo
Lo dijo Latorre durante el segundo tiempo de la transmision de Fox. Distinto hubiera sido el partido, radicalmente distinto hubiera sido el resultado, si por alguna razon Riquelme no hubiera jugado para Boca en esta serie contra la Union Española de Chile. Ni que hablar si hubiera jugado para ellos. No solamente porque fue determinante, en el nivel de sus mejores noches en la Copa Libertadores del 2007, sino porque Boca jugó tan mal y tan frágil como aquel equipo de Miguel Russo.
Es que Falcioni comienza a avanzar por el camino de Russo. Tiene que prederle velas a Román para que siga sano y en este nivel. Ayer hizo los tres goles. En el primero sorprendió a todos los defensores, que esperaban un centro alto, y lo sirvió rasante al segundo palo. En el segundo, lo tenía todo para el pero se lo regaló a Mouche (a ver si aprende a cederla a un compañero cuando está en mejor posición que él). Y en el tercero esperó y esperó, amagó y amagó hasta eludir tres defensores y dejarla mansita para sentenciar el partido. Boca se dejó hacer dos goles. En otro contexto, eso era volver a casa sin el pan y sin la torta.
Pero en Sudamerica y en Argentina no juega CR7, asi que los errores se pagan mas baratos. De todas formas, no hay ninguna garantia de que los brasileros no transformen en goles las innumerables chances que este Boca ofrece. Falcioni se lleva las palmas por "el planteo", pero el dia que Roman se levante cruzado lo maximo a lo que podrá aspirar Boca es a tirar penales.
Lo que viene es complicado. Se extraña a Somoza - que bajo estará Erbes para extrañar a Somoza! - a Ledesma, y un poco menos a Silva. Y se viene Velez por el campeonato y dos partidos de vida o muerte con un equipo brasilero. Sin caer en el facilismo resultadista que combatimos desde aqui, de poco vale llegar a una final si uno se despide luego de ella sin pena ni gloria, como le pasó ayer a Bielsa y los suyos frente al Atletico Madrid (habrá que ver si los propagandistas de Bielsa salen en patota a destacar el subcampeonato como lo hacen cada vez que gana el rosarino en instancias no decisivas).
Boca perdió con Fluminense primero y con Independiente en la misma semana esa imagen robusta y firme del año pasado. Es cierto que las bajas y el desgaste de tres campeonatos en simultáneo se están sintiendo. Pero cada vez que lo atacan hay olor a gol. Y con este Silva que no convierte, este Cvitanich que evidentemente tiene algún problema con el DT (aunque no salga nada en los medios), y este Mouche que aún en su mejor nivel sigue tomando decisiones equivocadas en los momentos decisivos, depende enteramente de Román para seguir en la copa y para volver a campeonar. Aunque sea indiscutiblemente el mejor de esta Copa Libertadores, no está claro que le vaya a alcanzar con Román. Porque aunque siga sano y en este nivel, no es muy costoso para un rival ponerle dos tipos encima para anularlo. Y ahí si, a Boca no lo salvarán ni los árbitros.
Es que Falcioni comienza a avanzar por el camino de Russo. Tiene que prederle velas a Román para que siga sano y en este nivel. Ayer hizo los tres goles. En el primero sorprendió a todos los defensores, que esperaban un centro alto, y lo sirvió rasante al segundo palo. En el segundo, lo tenía todo para el pero se lo regaló a Mouche (a ver si aprende a cederla a un compañero cuando está en mejor posición que él). Y en el tercero esperó y esperó, amagó y amagó hasta eludir tres defensores y dejarla mansita para sentenciar el partido. Boca se dejó hacer dos goles. En otro contexto, eso era volver a casa sin el pan y sin la torta.
Pero en Sudamerica y en Argentina no juega CR7, asi que los errores se pagan mas baratos. De todas formas, no hay ninguna garantia de que los brasileros no transformen en goles las innumerables chances que este Boca ofrece. Falcioni se lleva las palmas por "el planteo", pero el dia que Roman se levante cruzado lo maximo a lo que podrá aspirar Boca es a tirar penales.
Lo que viene es complicado. Se extraña a Somoza - que bajo estará Erbes para extrañar a Somoza! - a Ledesma, y un poco menos a Silva. Y se viene Velez por el campeonato y dos partidos de vida o muerte con un equipo brasilero. Sin caer en el facilismo resultadista que combatimos desde aqui, de poco vale llegar a una final si uno se despide luego de ella sin pena ni gloria, como le pasó ayer a Bielsa y los suyos frente al Atletico Madrid (habrá que ver si los propagandistas de Bielsa salen en patota a destacar el subcampeonato como lo hacen cada vez que gana el rosarino en instancias no decisivas).
Boca perdió con Fluminense primero y con Independiente en la misma semana esa imagen robusta y firme del año pasado. Es cierto que las bajas y el desgaste de tres campeonatos en simultáneo se están sintiendo. Pero cada vez que lo atacan hay olor a gol. Y con este Silva que no convierte, este Cvitanich que evidentemente tiene algún problema con el DT (aunque no salga nada en los medios), y este Mouche que aún en su mejor nivel sigue tomando decisiones equivocadas en los momentos decisivos, depende enteramente de Román para seguir en la copa y para volver a campeonar. Aunque sea indiscutiblemente el mejor de esta Copa Libertadores, no está claro que le vaya a alcanzar con Román. Porque aunque siga sano y en este nivel, no es muy costoso para un rival ponerle dos tipos encima para anularlo. Y ahí si, a Boca no lo salvarán ni los árbitros.
martes, 8 de mayo de 2012
¿Qué es peor?
Se acaba de develar una red de twitteros truchos que usan las redes sociales para usurpar identidades, crear usuarios inexistentes, y utilizar fotos de otras personas para enviar mensajes por Twitter a favor del Gobierno nacional e influenciar en opinión pública.
Como no tengo Twitter ni le doy bola a esas cosas, es difícil saber que le pasa por la cabeza a un tipo que se dedica a inventar identidades falsas. Sabemos, de acuerdo con la investigación, que chorean fotos de la web, cualquier foto, de cualquier fulano. Y sabemos que luego de hacerse publicos los nombres, algunos de estos usuarios truchos sacaron de su perfil publico toda referencia al kirchnerismo.
Por ejemplo, un usuario trucho llamado (en twitter) Diego Pierelli (@DiegoPierelli) usaba una foto que correspondía a un ingeniero italiano, Roberto Gretter, quien habló con Lanata por Skype anoche. Pierelli, el que maneja la cuenta de Pierelli, el que la inventó, ahora sacó de su perfil toda referencia al kirchnerismo.
El original decía:
El modificado dice, ahora:
Ahora, maestro, ya que el usuario es trucho y que lo estás "acondicionando", ¿Por qué no eliminás también lo de "bilardista confeso"? ¿es necesario tanto mal gusto? ¿es que para ser trucho hay que ser trucho completo? ¿hay lugar para alguna duda de la coincidencia entre los estilos futbolisticos y las preferencias políticas dados los ejemplos de Araujo, Victor Hugo, Paenza del lado K y de Diego Bonadeo y de Pagani del lado nuestro?
Como no tengo Twitter ni le doy bola a esas cosas, es difícil saber que le pasa por la cabeza a un tipo que se dedica a inventar identidades falsas. Sabemos, de acuerdo con la investigación, que chorean fotos de la web, cualquier foto, de cualquier fulano. Y sabemos que luego de hacerse publicos los nombres, algunos de estos usuarios truchos sacaron de su perfil publico toda referencia al kirchnerismo.
Por ejemplo, un usuario trucho llamado (en twitter) Diego Pierelli (@DiegoPierelli) usaba una foto que correspondía a un ingeniero italiano, Roberto Gretter, quien habló con Lanata por Skype anoche. Pierelli, el que maneja la cuenta de Pierelli, el que la inventó, ahora sacó de su perfil toda referencia al kirchnerismo.
El original decía:
El modificado dice, ahora:
Ahora, maestro, ya que el usuario es trucho y que lo estás "acondicionando", ¿Por qué no eliminás también lo de "bilardista confeso"? ¿es necesario tanto mal gusto? ¿es que para ser trucho hay que ser trucho completo? ¿hay lugar para alguna duda de la coincidencia entre los estilos futbolisticos y las preferencias políticas dados los ejemplos de Araujo, Victor Hugo, Paenza del lado K y de Diego Bonadeo y de Pagani del lado nuestro?
miércoles, 2 de mayo de 2012
Rotación
Habrá que atribuirlo al cansancio, al desgaste acumulado, al partido terminado con 9 hombres contra Colón. Habrá que encontrar excusas para esta victoria pobre, que pudo ser empate y que pudo ser derrota. Porque en términos de situaciones de peligro, Unión Española mereció ganar este partido. La mala suerte y la pobreza de sus delanteros le impidió hacerlo. Pero tuvieron al menos 10 situaciones de gol claras, de las cuales apenas convirtieron una.
Del otro lado, el rendimiento de Boca fue pobrísimo. Nunca manejó el trámite del partido frente a un rival que, en el planteo, le propuso menos problemas que Belgrano de Córdoba hace dos fechas. Estuvo muy largo, le costó hilvanar juego, y las distracciones defensivas permitieron al rival situaciones que otro rival, como el que viene si se pasa esta serie, no van a desperdiciar.
A favor tuvo la suerte para que no le convirtieran y la suerte de tener a Riquelme para frotar la lámpara y hacer un gol de otro partido, fruto de 5 toques de primera, los únicos seguidos que hizo Boca en todo el partido. El segundo tiempo fue horrible para ver. Y encima llegó el empate tras un nuevo error defensivo, esta vez del tucumano Sosa, que pone a Boca en situación comprometida de cara al partido de vuelta.
La buena noticia es que Boca no puede jugar peor. Y la otra es que parecería que el equipo chileno no defiende bien. Y digo parecería porque en la práctica Boca no lo atacó. El gol del triunfo llegó en tiempo de descuento, cuando parecía que había que ganar en Chile. En la única jugada de riesgo de la que participaron tanto Mouche como Silva.
Para no hablar con el diario del lunes: durante todo el partido volvimos a extrañar a Palermo, porque lo de Silva es pobre y encima no la mete (después de haber puteado tanto a Martín por disputarle el liderazgo a Román, hoy hay que decir que si se prepara un par de semana puede hacerlo igual o mejor que Silva). Y relacionado con esto, no se explica como es Cvitanich el que vuelve a salir. Se entiende el cambio del sábado pasado, para rearmar la defensa por la expulsión de Insaurralde. Pero hoy no se justificaba sacar a él. En todo caso, si es delantero por delantero, el que salía era el uruguayo.
En fin, flojo lo de Sosa y Clemente por los costados, desdibujado lo de Erbes y Schiavi, irregular lo de Erviti y Rivero. Lo mejor de Boca estuvo en Cvitanich y Riquelme. Y en el ratito de Sanchez Miño, que pide la titularidad a los gritos.
Si se confirma la lesión de Ledesma, será otra baja decisiva en el mediocampo, que ya no tiene a Somoza. Siempre hay reemplazo y la continuidad le puede venir bien a Rivero. Pero Boca ya juega sin tres titulares, mientras atiende tres competencias diferentes.
El pronóstico, ha pesar del triunfo y de la modestia del rival, es reservado. Hay, seguramente, mas chances en los torneos locales que en los internacionales. Porque los brasileros no perdonan. Y a Boca le hacen daño cuando lo atacan. Y cuando no lo atacan se hace daño solo. Habrá que empezar con la rotación antes de que se terminen las oportunidades de rotar.
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